Hoy, mientras vivía, recordé que hace un tiempo
caminaba ligero levantando caireles
y bailes , a mi paso.
Recordé que las flores aun llevaban rocío
y la noche brillaba con estrellas radiantes
mientras rompía los silencios
con risas y el quebranto
de amores incendiados…
que como yo, al poco
se tornaban, en escorzos de pavesas silentes.
Recordé cuando niña, que padre repetía,
“camina erguida como si fueras reina
o condesa de un cuento…”
Que las noches se me ungían de sueños
y los días brillaban como si fueran nuevos.
Cuando todo era fresco, novicio
y todos los caminos me sonaban inciertos.
Era entonces que la vida se abría por las fauces
y la esperanza, apenas era nada,
porque todo iniciaba y el mundo se estrenaba.
Hoy, te digo, que yo mientras vivía,
me encontré, oculta en un rincón oscuro,
a la pequeña aquella
que peinaba las trenzas y vestía sencilla.
Que trotaba perpleja
por un mundo reciente, explorando
la vida, como si todo aquello,
se naciera con ella.
Hoy, qué sé yo, mientras hacía otras cosas,
la tomé de la mano, cruzando la carrera
contándole que ahora, cuando el tiempo nos dobla
y apenas queda nada para ir al vacío,
el camino bifurca, la senda se hace vía
y estamos tan felices, como ella,
en aquel punto incierto
que bien pudiera ser, el final
o el comienzo de algo.
-El punto de partida-
Hoy, me conté muy bajito, donde y cómo vivía
y a la niña de entonces, sin trenzas
y sin tantos avíos, le crecieron los sueños
las trenzas y… muchas utopías.
María Toca Cañedo©
Santander. 31-07-2024. 17,47.