Se cruza el camino, allende los mares,
con un caminante que pasa despacio,
en calma, cansado de su caminar;
allende los mares, me trae el silencio
y el lento rumor de un paso cansino.
Con olas de espuma, de verde mirar,
calladas, salinas, enjuagan el canto
triste, de paso cansado y lento andar;
el aire me trae el murmullo suave
de la canción, que canta el marino
cuando recuerda su casa y mira
el destino frío que posa su pecho
en cuerpos ajenos, a su piel, de lento
y cansino amor, que paga y no quiere
cantar a la mar. Por eso, conmueve
el canto y suspira, por amar en breve
a su caminar.
Me trae, esta tarde, un suspiro leve
de nostalgia vana, que huele a recuerdo
y sabe a lágrima salina y verdosa,
como hija del mar.
Santander 21-12-14. 14,11. 337 días sin ti pero contigo.