Sencillo

¿Hay algo más bello que hacer de lo sencillo

un párrafo hermoso o poesía?

Dejar los oropeles, los estigmas,

oximorones y adjetivos para luego

y construir algo sutil, ligero, tal que aire

con palabras arrojadas al viento

como quien hace  costura en la  tela.

Contar la vida, verla pasar a contrapeso

del olvido,  plasmar su compleja ilusión

sin impedimento, con la sencilla

palabra que hace asequible el verso

y difumina la prosa como soplo divino

bien difuso.

Nada hay más bello que labrar,

con mano orfebre la palabra

como quien esculpe en arcilla,

un ángel o demonio, mientras ríe

y cree que el mundo anda detenido

en el mismo instante en que el texto

toma vuelo y se convierte en leído.

María Toca Cañedo.

Santander 11-07-2023. 17,15.

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Despiertas

Nacemos y al poco, nos dormimos,

justo cuando levantamos varios palmos del suelo.

Dormidas crecemos,

dormidas caminamos, comemos, amamos

hasta soñamos, sueños de papel.

Dormidas amamos, por eso nos dejamos pisar tantas veces…

Amamos tan mal

que ni nos damos cuenta, la cadena

de culpa que nos pone el amor

Porque estamos dormidas

y si nadie nos despierta, o un golpe nos hace reaccionar,

nos morimos dormidas,

como si fuera sueño el pasar por la vida.

Sin dolor, sin sudar, sin el grito desgarrado

que nos rompe el corazón,

aisladas, sin poder sentir la belleza

ni el puño de la rabia

que se cierra cuando el furor arrecia.

Por eso, mejor que se nos desgarre el alma,

que morirnos dormidas

sin haberse, siquiera, percatado,

de qué estábamos vivas.

  1. María Toca.

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Amanecer

Hoy quiero caminar por la vereda

que me conduce a la cordura;

despierta, mientras la amanecida

penetra en mi cuarto y lo alumbra…

Lucida, tranquila,

espero el día,

con la expectación de la costumbre

mientras los pájaros despiertan

y atruenan el silencio opalescente

de una alborada como otras.

El sueño se ha escapado

dejándome un poema encadenado

que presto, acojo en mi memoria

para que no vuele con las plumas

de la mañana y se difunda

entre los prados y las sendas

que recorren las ilusiones más variadas.

Camino lento hacia el día,

con la premura de estar viva

y cuadrar la distancia

que existe entre la realidad

y mis preguntas.

Levanto el telón de mis ventanas

mientras pliego la mirada, lejos,

tanto como se desperdigue hoy mi vista

intentando abarcar

el mar, el cielo y  una eternidad

donde se guarden las almas

que caminaron libres y en volandas.

María Toca Cañedo©

Santander-04-08-2023. 18,04

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Subí con prisa sobre el estribo

peldaños arduos,  labrado en piedra

escalando entre sombras como escalera

para llegar al mismo infierno;

salté cumbrales, macizos yermos

 mientras me contemplaban

varios demonios.

Subí a la cima, montañas romas,

surcando nubes espesas, como la piedra,

 bancales negros, con aspereza.

Subiendo alto, sobre las llamas

del mismo averno…

Alto, muy alto, hasta instalarme

justo en el cielo.

Decía Dante, que para llegar

había que  aposentarse sobre el demonio.

Cien mares, fui navegando,

tumultos y olas arriaron velas

nudos golpearon sobre mis carnes…

Caminos yertos, veredas lúgubres

sin miedo anduve hasta el abismo.

Pasos ligeros, fiebre en la frente,

los pies descalzos, la mente fiera…

La cima estaba libre de ardores,

escarcha tibia de mil estrellas;

los ojos fríos que contemplaron

la luz del alba sobre el camino.

Callada noche, que caminé

dándome cuenta

que lo hermoso no era llegar,

era el camino.

María Toca Cañedo©

Santander-24-07-2023. 18,34

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Nuevo pacto

Y yo  que pensaba  caminar,

lenta y decidida, derrotada.

Creía, infausta boba,

que cada vez que levantaba la persiana

se abría el telón de un nuevo día

en donde, como todos,

era vencida por la vida.

Tarde, muy tarde, me di cuenta,

que no. Al revés, cada jornada

era una conquista ganada

en dura pugna con la muerte.

Firmé pactos, consabidos

con eso que llamamos óbito,

defunción, deceso, trance…

Me proclamé tantas veces

su amiga, que la ilusión

se me hizo renuente

y al cabo del tiempo…

cambié la dirección del cambalache.

Hoy, al menos,  por  tiempo indefinido,

mi  deseo es volver

cada mañana  a levantarme.

Por eso pacté nueva entente;

ella se aleja, yo la cuido

hasta convertirnos en amigas

siempre que mantenga definidas,

las distancias y los respetos

que me debe y le debo en compromiso.

María Toca Cañedo©

Santander- 15-07- 2023. 12,43

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Volveremos pronto a la trinchera,

escaramuzas frágiles, esperas…

Volveremos a cubierto de las fieras

que andan cerca, prestas a ladrar.

Volveremos a levantar los parapetos

que un día deshicimos con las manos

pensando que  jamás

los malos tiempos retornaran.

Y vuelven.

Tornan oscuros nubarrones

que cierran el cielo de tormentas,

mientras por levante, se escuchan las trompetas

y la caballería presta a invadir,

caminos, sendas que antaño

  sembramos de flores sin espinas,

-incautas, confiadas-

pensando que nunca más volvían.

Pero vuelven. Se les oye,

se escuchan alaridos,

palabras crudas y  soeces

que gritan con tal de amedrentar.

No dan tregua, ni limitan

la ira a sus conquistas

su miedo les arma de maldad

y llegan, prestos. Se les oye.

 

Tornan tiempos umbríos

en que el miedo campaba

bajando las bujías del hogar,

llenando el tiempo de silencios

mientras el frío apaga la llama que prendía

a duras penas en el llar.

Tornan bárbaros, provistos de mentira,

con armas que balbucen insultos

y armaduras duras, de cristal.

Llegan con ansia de venganza

mientras  el alma se les disfraza

de un frío gris gredal.

Mientras, nosotras, las de siempre,

la vencidas, las proscritas

tornamos de nuevo a escondernos,

forjarnos parapetos con palabras,

y como antes… a vivir en soledad.

María Toca Cañedo©

Santander-13-07-2023. 17,36.

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He dejado de correr

de saltar empalizadas todo  el día,

cuanto mayores más estimulo ofrecían.

Loca en la vida.

Loca y orate, bien sentida

 abrazada cual esclava

a un  becerro de oro,

 como un turbio dislate.

Dejé de correr, de saltar las vallas

-altas fronteras- hábiles fauces

en donde entraba siempre rauda

buscando, sin amparo,  la salida,

apenas contemplados los  paisajes

atravesando, rauda, la avenida.

Frenazo en seco, calma y agarre

firme, muy firme, arraigo  en greda

pausados pasos caminados

  en la frágil arcilla de la vida.

Paré el dislate

aquel que me obligaba

a volar siempre rasante

sin contemplar nada más que la salida

saltando como de una a otra torrentera

rabiosa finalidad  sin más matices.

Ahogada en la prontitud de la salida

sin contemplar el deleite del paisaje.

Ya no camino, ya no abalanzo,

ya no me aprieta el ansia  de saltar sobre la vida…

Ahora voy lenta,

paseando  mientras me acompaña la campiña.

Sosegada, los ojos tibios,

 manos prietas. Ya no diluyo

el tiempo en mares de discordia

ni me adentro en oquedades

más que las buscadas en el aire.

Es posible que ahora mis pasos

no sean raudos, como entonces,

 que no me acompañe ya la fuerza

…o simplemente, se me calmó el ansia

de vivir de otra manera.

María Toca Cañedo©

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No sé si decirte, amiga, hermana siempre,

que a ratos, he bajado los brazos;

a fuerza de correr, por momentos,

al fin me he derrotado.

No sé si creerás, tú, amiga, que me conoces bien

que hace un rato, apoyé mi cabeza

en almohada mojada

con lágrimas espesas, esas que se derraman

inundando el espejo

y labrando la cara con huellas bien labradas.

No creo que te cuente, hermana,

porque vas a sufrir, que de noche

me envuelvo en nubes negras

y me asalta el olvido

incluso, a veces, le temo hasta a la muerte.

Sí, yo. La que antes se batía con fuerza

contra el viento y corrientes

-tempestades marinas-

que raudas, me zurcían las velas

cruzadas hasta poniente.

Quizá nunca te creas, amiga, casi hermana,

que hay días sombríos, encrucijadas

que me ciernen la mente

y camino despacio,

con fiebre, con el paso quebrado

hacía un lugar seguro,

adentrada en el bosque

donde el sol no me encuentra

y la derrota duele.

No me crees si te cuento

que, yo, la que alzó tantas veces  el vuelo

en jornadas calientes

-la misma de aquel tiempo-

he dejado que fuera el vil destino

quien guiara mis pasos

dejándome guiar, hasta el mismo infierno.

Por eso hoy te cuento, hermana,

y escribo estos versos

que luego, muy despacio,

levantarán el vuelo, henchidos

y saldrán al destino

desde el quicio  perdido

que ocupa mi ventana.

María Toca Cañedo©

Santander- 02-07-2023. 13,36

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Nosotras

Nosotras,  las que en tiempos

levantamos barricadas,

que sirvieron para voltear la tierra

y muchos mundos.

Nosotras, olvidadas,

que gritamos con fuerza,

y arrancamos a tiras

la piel a la pereza.

Nosotras, las viejas.

Nosotras, las cansadas,

las que peinamos plata

y vestimos moda ya pasada…

Nosotras, agotadas.

Volveremos a levantar empalizadas

y haremos reboleo con el alma

para tornar de nuevo a la batalla.

Nosotras, las de siempre, maltratadas,

pondremos freno a la resignación

y retaremos a los barbaros

que quieren parar el mundo,

tornarlo al Medievo

haciendo chanza

de luchas ya pasadas,

de tantos golpes que crujieron

los huesos, hoy maltrechos

sujetando la piel, ajada, dura

tal que cuero curtido en mil batallas.

Nosotras, nos plantamos,

de nuevo, a fuer de estar cansadas

levantando el puño

como  si empezara en este momento

nuestra brega.

Lucha antigua

de mujeres alentadas por la vida

guardando los golpes,

la piel herida

 haciendo camino a paso de pobreza.

Nosotras, las de siempre.

Nosotras, las piradas

las que seguimos escuchando

música ochentera

y saltamos de emoción

ante un poema que ellos odian

porque no saben de amor ni de belleza.

Nosotras, las nadies

prescritas, acribilladas

por descarte, baluarte de esperanzas

levantadas , como no puede ser de otra manera,

mientras recogemos

los viejos estandartes.

Nosotras, las dobladas,

heridas, maltratadas

por la vida, las luchas

los quebrantos, los silencios,

las lágrimas tragadas.

Nosotras, que nos quisieron,

bien calladas;

hoy  gritamos por derechos

sin tregua, negligencia o apatía.

Siempre, nosotras,

levantaremos de nuevo barricadas,

torceremos el brazo

al bárbaro que nos arrebata

lo ganado con sudor,

con sangre…

 hasta la piel, que nos dejamos en contiendas.

Nosotras,

somos las de enfrente,

las que damos pasos

levantando como locas,

banderas  y  puños bien cerrados,

negando el paso al imprudente

que ose tornarnos al presidio

de donde salimos, rozagantes.

Nosotras, disidentes, mal habladas,

con el pecho al aire, si hace falta,

enfurecidas, o bregando entre nieblas

y esquinas, renuentes,

siempre firmes. Nosotras…

Nosotras, somos las que vamos

a enterrar al disidente,

como antes lo hicieron las abuelas,

cruzando la frontera de la muerte

 llevando la  esperanza en un hatillo

mirando al cielo,

con las nubes por techo

sin más poder que un cuerpo

que prende, como tea, en nuestro vientre

fértil estrella, ungido y bien dispuesto.

Nosotras, fatigadas, rotas o extenuadas,

caminamos, con prisa, hacia el futuro

porque sabemos que lo luchado

no tiene retroceso.

Por eso, te digo, si quieres humillarnos

aparta, marcha, vete,

no te opongas jamás a nuestro paso.

 

María Toca Cañedo©.

Santander-29-06-2023. 13,01

 

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Tiempos

Penumbras, estado  quejumbroso que se acerca a la nada,

oscuras variaciones de inconcretas batallas

libradas y perdidas

durante el tiempo infame que precede al olvido.

Sombras, recuerdos escondidos

que navegan por mares recónditos y fríos.

¿Dónde quedó el olvido?

¿dónde marchó aquel beso

que volteó el destino al nacerlo de nuevo?

Y dónde los recuerdos,

las vivencias, los ruidos

que formaron, cautivos,

el tiempo que poblaba nostalgias

y los pasos perdidos…

Hoy que el plazo ya caduca

y la plata nos brilla

encima de los sueños…

Hoy, te digo, cuando el reloj nos marca

las horas del remate

y sentimos que al viejo calendario

le faltan muchas hojas,

-precisamente, hoy-

te digo y te repito,

es hora de que marchemos

soltando las amarras

que encadenaron antes

 al tiempo,  con brazales de luto.

.

María Toca Cañedo©

Santander-25-06-2023. 16,52

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