Subí con prisa sobre el estribo

peldaños arduos,  labrado en piedra

escalando entre sombras como escalera

para llegar al mismo infierno;

salté cumbrales, macizos yermos

 mientras me contemplaban

varios demonios.

Subí a la cima, montañas romas,

surcando nubes espesas, como la piedra,

 bancales negros, con aspereza.

Subiendo alto, sobre las llamas

del mismo averno…

Alto, muy alto, hasta instalarme

justo en el cielo.

Decía Dante, que para llegar

había que  aposentarse sobre el demonio.

Cien mares, fui navegando,

tumultos y olas arriaron velas

nudos golpearon sobre mis carnes…

Caminos yertos, veredas lúgubres

sin miedo anduve hasta el abismo.

Pasos ligeros, fiebre en la frente,

los pies descalzos, la mente fiera…

La cima estaba libre de ardores,

escarcha tibia de mil estrellas;

los ojos fríos que contemplaron

la luz del alba sobre el camino.

Callada noche, que caminé

dándome cuenta

que lo hermoso no era llegar,

era el camino.

María Toca Cañedo©

Santander-24-07-2023. 18,34

Acerca de Maria

Escritora María Toca: 1ºPremio Ateneo de Onda Novela, 2016: Son Celosos los Dioses 2ºPremio de Relato Ateneo de Fraga: El Paseador, 2014 Finalista Premio Internacional de Relato Hemingway, 2013 Finalista de varios premios más de relato. Poeta Articulista/Coordinadora/ Fundadora de LA PAJARERA MAGAZINE. Obra publicada: Novela: El Viaje a los Cien Universos Son Celosos los Dioses Relatos coral: Vidas que Cuentan Desmemoriados. Poesía: Contingencias
Esta entrada fue publicada en poema y etiquetada , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.