Nacemos y al poco, nos dormimos,
justo cuando levantamos varios palmos del suelo.
Dormidas crecemos,
dormidas caminamos, comemos, amamos
hasta soñamos, sueños de papel.
Dormidas amamos, por eso nos dejamos pisar tantas veces…
Amamos tan mal
que ni nos damos cuenta, la cadena
de culpa que nos pone el amor
Porque estamos dormidas
y si nadie nos despierta, o un golpe nos hace reaccionar,
nos morimos dormidas,
como si fuera sueño el pasar por la vida.
Sin dolor, sin sudar, sin el grito desgarrado
que nos rompe el corazón,
aisladas, sin poder sentir la belleza
ni el puño de la rabia
que se cierra cuando el furor arrecia.
Por eso, mejor que se nos desgarre el alma,
que morirnos dormidas
sin haberse, siquiera, percatado,
de qué estábamos vivas.
- María Toca.