Hoy quiero caminar por la vereda
que me conduce a la cordura;
despierta, mientras la amanecida
penetra en mi cuarto y lo alumbra…
Lucida, tranquila,
espero el día,
con la expectación de la costumbre
mientras los pájaros despiertan
y atruenan el silencio opalescente
de una alborada como otras.
El sueño se ha escapado
dejándome un poema encadenado
que presto, acojo en mi memoria
para que no vuele con las plumas
de la mañana y se difunda
entre los prados y las sendas
que recorren las ilusiones más variadas.
Camino lento hacia el día,
con la premura de estar viva
y cuadrar la distancia
que existe entre la realidad
y mis preguntas.
Levanto el telón de mis ventanas
mientras pliego la mirada, lejos,
tanto como se desperdigue hoy mi vista
intentando abarcar
el mar, el cielo y una eternidad
donde se guarden las almas
que caminaron libres y en volandas.
María Toca Cañedo©
Santander-04-08-2023. 18,04