Somos resumen, epilogo feroz
de lo leído, visto, vivido,
sufrido o disfrutado,
en el lento trascurso de la historia
que se labra a golpe de buril
de vivencia, de sueño pergeñado
en silencio, mientras el tiempo pasa.
Somos heridas de vidas que trafican
por las esquinas cercadas de la historia,
labrando a golpe de cincel,
lo que luego la memoria plastifica
y deja grabadas las secuelas
de nuestra genuina biografía.
Por eso, al nacer, somos papel en blanco,
que mano firme y carne despojada,
escribe con pluma, enamorada,
la historia. Al fin, somos un cuadro,
labrado a golpe de vivencia,
que construye, con mano firme, la existencia,
o el sueño que nos forja.
Así, sin más, somos el resto
de lo acuñado por una triste historia.
Poco más, por mucho que nos preste,
somos, tan solo, papel embadurnado
presto a dejarse llevar, como hoja seca,
por viento amaestrado
a los largos confines de la historia.
Santander-15-2-2016. 19,26.