Pesa el yunque, es pesado
pesa y roza la carne
macerada en espanto.
Pesa la cruel coraza,
que con su puño aprieta
en la piel resquebrajada y lívida
que mantiene entre rejas
el corazón huido.
En cada paso siento
el invierno bien frío
y en el alba, contrita,
el aliento, quebrado por el grito
que rasga, como espada
todas las madrugadas.
Ella está sola, quieta. Ella
se quiebra por el peso cargado.
Ella, está yerta fría,
de la escarcha de angustia
que apoltrona su pecho.
Ella, en su yunque espera
una señal, un soplo,
que le aliente y la guie
por aquella calzada donde el andar
es firme, y el yunque y la cadena
salten y jamás vuelvan.
#MariaToca
Santander-28-3-2017. 19,48