Me la rompen…
La rompen y la destartalan
con alevosía, con bulldozers
y piedras esquinadas,
con mandatos y furia desatada.
Me rompen la bahía que yo amo;
horadan con piedras su paisaje
la violan en silencio, sin reproche.
Cada día la hieren con más fuerza
hasta matarla, dejarla inane, yerta, seca.
Mi bahía. El dulce reposar de tantos ojos
que la amaron, que la amamos…
y la contemplamos cada día
con el infinito amor de su paisaje.
Perderán nuestros hijos su color
enhebrado en las retinas cada día,
tornará a secarse su guarida
y a tornar las aves al estío.
Porque la matan…
Nos la matan.
Mi paisaje, el de mis hijos, el de todos.
Nos le ahogan…
Ellos, los que se dicen amos de la patria,
la asesinan. La socaban lentamente,
hasta que las piedras ensartadas
en nuestra alma,
nos dejen a todas contrariadas
y sea yermo, en breve, su paisaje
para que muera con nosotras, asesinada.
Y a ellos, a los amos, se les crezca
el poder del dinero en los bolsillos.
Manos, hoy, se levantan…unas cuantas
contra el veneno desatado
que en forma de puñal accidentado
nos la quiere robar…
Nuestra bahía.
Herida de muerte, robada, masacrada.
para dejarnos luego yertos,
sin ella y sin el dulce solaz de su mirada.
María Toca
Santander-20-06-2018. 13,36
Poema leído el domingo 24 de Junio de 2018, en la concentración de Defensa de la Bahía de Santander ante la agresión de las escolleras.