A veces yo me canso,
se me ahoga en el pecho
el grito seco atenazando el miedo
y quiero segar con la saña mi duelo
para que ya no duela
y se quede en queja o en recuerdo.
Me agoto y me agacho
entre los espinos con que se adorna el suelo
por ver si descanso o tan siquiera duermo
con el leve sueño
que reponga el sosiego
y me traiga al remanso
de paz, con que lo espero.
Y no. Ocurre que a veces yo me canso
de portar equipajes
ajenos, en mi espalda,
doblada cual maraña
que pesa mientras anda.
Se inicia así, la lucha y el espanto
en que bato las alas
lastradas por el barro
y quedo apresada, en sutil zafarrancho
de trabajos forzados, de lechos sin comanda .
Me canso.
Me encojo y quisiera cerrar bien estos ojos
y no ver a nadie, ni escuchar
la suplica que mana
de voces sin retorno…No puedo
por eso te lo digo: hoy me canso.
Porque se me agota el alma
apenas ya respiro…
me ahogaron los vientos
las duras tempestades que agitaron
esos mares de escarcha.
Los malos,
las hordas que arriban
y truncan las estrellas
que a veces, se empañaron,
con estas lágrimas frías,
saladas y en total desespero.
Torrentes vacíos de cuencas afiladas,
tornados magníficos
que asolan hoy el alma. Por eso, te lo digo:
me canso, apenas queda un paso
del total desespero.
María Toca
Santander-19-06-2016. 14,16