Reposan las piedras, en el silencio aguado
prendidas por bramante de la tierra
que aposentan las pisadas furtivas
de las verdes praderas, regadas por el río
que recorre el sendero trazado por el tiempo.
Si pudiera ser agua para abrevar los prados
y las fuentes manaran la savia
que mi humilde sangría dejara en poso firme,
me sentiría grande y sencilla cual puerta
que se abre, para que bebiera el destino.
Bajar por la montaña, en busca de las lomas
y de las praderías. Correr brava
en pos de la llanura
y allí, sin más, apacentar la sed
y hacerme tierra firme,
alimentando umbríos.
Si pudiera ser guijarro tras del rio
canto rodado que entonara la voces
y por la noche acunarte con mimo.
Dejaría la vida, sería fin y principio
y sin pensarlo apenas, cubriría
mis sueños con una amanecida.
Si pudiera ser agua, o piedra,
o tan solo escarcha que cubriera
de un manto dulce a mi tierra
me quedaría quieta, absorbida por ella.
María Toca
Santander, 06-06-2020. 0,12.