cuando el sol nos miraba en soslayo,
riéndose en nuestra cara,
hallándonos fugaces,
rastros de amor infame
que aun se revolvían,
dentro de nuestra cama.
Ya los minutos pesan
y la tierra se abstrae,
mientras la noche avanza
encontrando marchita,
en soliloquio quieto,
mis miedos y tus risas.
Y me encuentra en dialogo quieto
o leyendo un poema
que se escucha y nos calma.
Ya se fueron las olas,
se llevaron con ellas,
la pasión esgrimida
y los amores viejos.
Las palabras se tuercen
germinando en la tierra baldía
en la que, ambos, pisamos,
mientras, se consume tan breve,
la vida y sus batallas.
¿Se nos fue la alegría?
o solo nos templamos
al ver que el suceso era leve.
Como soplo divino,
como el arte, como el río
que se marcha y no vuelve.
María Toca©
Santander -26-02-2023. 12,30.