Quisiera envolver mis sueños
con la locura alegre de la infancia
amar, como amé, antes del desengaño
y sentir, como nuevo el presente.
Agitar mi pelo al viento,
dejarme acariciar por brisa leve
y vibrar, como antes, con la música que amo.
Descubrir el sol, cada mañana,
abrir los ojos, con la idea
de labrar la tierra con ahínco,
renovando toda la alegría
de saberme viva y amando.
Quisiera volver a tener fe,
olvidar la tristura y contar lebreles
como loca, después de amarte
y celebrar la fiesta de sentirme enamorada
aunque solo sea el tiempo,
que duran las cerezas.
Me gustaría ver en el espejo
la piel remozada, y mi sonrisa
de nuevo, alegre, y en los ojos
la mirada luminosa, determinada
a batirme por la libertad y la palabra.
Y sabernos, locos, alegres como niños
haciendo compañía a la invernada.
Santander-30-8-15, 21,34. 587 días sin ti, pero contigo.