Aquí, en el rincón escueto de una pequeña casa
arrumbada y perdida en una ciudad mediana,
insignificante huella de vida que retumba
entre el latido incierto de un corazón cansado
y la vida trascurrida detrás de una ventana…
Aquí, entre nubes vencidas, contemplada a veces
por gaviotas curiosas que sutiles se apostan
en vecino tejando…
aquí, entre quejas baldías
se yerguen viejas voluntades y jóvenes ideas.
En esta casa ilusoria, en donde la hégira marcha,
sosegada, en pos de la memoria…
Es donde habita el tiempo, varado, entre mil sombras
que recojo y me llevo al lecho cada noche
para labrar los sueños que nunca han de cumplirse
y tejer en la almohada otros nuevos, dispersos,
que mañana recojo como frutos maduros.
Porque es tan dulce la espera y tan tibio el camino
que me desligo y pienso…
si solo fue un atisbo de vida o tan siquiera
fuera un soplo divino que llegó
a recordarme que vivo sola y pronto
doblaré la contienda que me conduce
inexorable y plana,
al borde del abismo.
María Toca Cañedo©
Santander-29-03-2023. 19,22.