Tiempo de silencios, hoyado
por las quebradas coyundas de palabras
escritas en el viento,
pronunciadas por bocas que apenas dicen nada
cuando hablan, y en el silencio crecen
y se asombran.
Tiempo de callados sinsabores
de tientas, de pruebas, de colores
en que se perdieron los recuerdos
en el laberinto de la historia.
Tiempos, de lindes entre flores
y tiempo de brumas que amortiguan
paisajes y se escuchan de lejos
las viejas tempestades.
Tiempo de olvidos,
de historias que posaron sus semblanzas
en el margen del río de las cosas
ese que abreva sed y mueve
el agua que cae, temprana, de las nubes.
Tiempo de volver la vista atrás
de remozar los muebles,
de renovar el interés
por las cosas livianas, sencillas
esas que se olvidan
y apenas, sucedidas, no se ven.
Tiempo de vestigio,
de olvido, de historia, de vida al revés.
Tiempo sin memoria.
Santander-2-4-2016. 20,38