Te siento, como siento el aliento.

Siento como todos los días

bajas de tus cumbres,

paseas la mirada por el suelo

y con calma, acaricias mi pelo,

mi alma, mi cara. Mi recuerdo,

lo arrullas con tu aliento comedido,

como si, con ello, quisieras calmar el tedio,

que produce tu falta en mi sentido.

Siento cada mañana tu presencia

enganchada en mis manos,

tocando lo que toco,

enredando en mi camino, sin resuello,

siguiendo mis huellas,

como si quisieras, aun, vivir conmigo.

Te siento, como siento, sin verlo,

el aire que respiro y me da vida;

te noto, como el aroma,

del pino en primavera.

Te sigo, caminando contigo,

andando  por el sendero, segura

que tú vienes a darme sombra y compañía

hasta que el andar confluya

y nos demos, por fin la mano,

al fin del tiempo que nos sobra, en la andadura.

Santander 9-10-14. 10,45. 263 días sin ti, pero contigo.