Se van cayendo las hojas
impelidas por el viento;
caen en el suelo, amarillas,
dejadas de sentimiento.
Ya se despueblan los arboles
de su vistoso vestido,
dejan al aire sus huesos
como desnudo el vacío;
se quedan sin vestimenta,
y sin ropaje, se muestran,
frío , yertos, escanciados,
siempre a merced de los vientos.
En el cadencioso tiempo
del otoño silveante
donde muestran los paisajes,
sus cálidos colores muertos.
Los caminos pueblan soles
de cemento calcinados,
y por las veredas ruedan
los sentimientos vacíos
que giran hacia la nada.
Se puebla el sendero yerto
de miradas en espera,
como se pueblan los cielos
de caminantes sin rumbo
y sentimientos sin tregua.
Andando lento, la senda,
con paso serpenteado,
de hojas, piedras y rescoldos
que amparan la tierra fértil
y dificultan el paso
de mi caminar pausado
hacia el invierno que intuyo,
solapado entre las lomas.
Santander 11-10-14. 22,33. 265 días sin ti, pero contigo.