Se me ocurre, a veces, romper diques y miedos
cadenas inservibles y tomar un cerilla
y prender fuego al ocaso
que cierne sobre el dócil
siendo hermano de los miedos.
Se me ocurre, correr a trompicones
dejar el puño atado en la puerta
que cierra paso a los otros
y llamar corsario al poderoso.
Se me ocurre, dejar de obedecer.
Rasgar velos difusos y poner
la carne trémula al aire
dejándose pudrid los viejos pensamientos
irresolutos, caducos y nefandos.
Se me ocurre marchar, salir,
navegar mil mares de zozobra
hasta dar con un pequeño oasis
donde la mano se alce al decidir
y nadie sea menos que nadie.
Se me ocurre…y luego soy pasto
del pecado que incurre la costumbre
de ser tal como son aquellos que detesto.
María Toca
Santander-17-06-2018. 15,58