Es el tiempo sutil enredadera
que teje nostalgias, a despecho
de sucesos que carecen de importancia
y dejan la huella en el recuerdo
de mil marañas que apenas se reparan.
El tiempo que teje madejas y se alarga
cual gruesa goma, espesa, y se desata
como feroz tritón enrabietado.
Con el jugamos a no verle
cerrando los ojos ante el sueño
de un vivir impenitente, que no tenga fin,
como no tuvo principio y se detiene
en cada esquina, sobornada, de la vida.
El tiempo, a veces aliado, siempre cruel
desacato de la corriente vital
donde se prende, con sutiles fauces
en la cornisa liviana, que divisamos,
apenas recién llegadas a la vida.
María Toca.
Santander- 16-06-2018. 20,54.