Quiero sostener manos,
enfriar frentes cuando la fiebre apriete
refrescar tempestades cuando arrecien los mares,
en tormentosas noches, arropar la cama desvalida,
acongojar el alma con las penas ajenas…
hacerlas mías. Y luchar mil batallas,
aunque gane, apenas unas pocas.
Quiero cabalgar por el aire
en busca de libertades varias,
escrutar horizontes, esos que me enseñan
a caminar en paz descubriendo colores.
Y al fin, quiero amar, ser amada,
y si tengo que elegir, prefiero vivir sola
que encadenada con pulseras de honores
de esas que asfixian y ahogan el grito
que se expande y agrieta el muro
que labramos de contención y fuerza.
Lo que no quiero es atar con cadenas
diciendo que es amor, cuando solo es costumbre…
Mermar la libertad de nadie,
por más que me sustenten
las caricias y penas que me puedan socavar;
el dejar que los que amo
emprendan el vuelo, lejos,
de mí y de mis sentires.
Por más que me laceren las ausencias
y miedos, con sus fieros puñales.
Todo eso quiero…
María Toca
Santander-15-08-2019. 21,27