Hay días en que el alma se agita
se encrespa la calma,
rugen tormentas en lo alto
rompen olas salvajes en la costa
y se pierde la paz
Es entonces, cuando vibra el viento
y sopla una brisa que mueve el pensamiento
lo llena de zozobras, de penas viejas, de olas,
cuando me aquieto, me asiento
contemplo el verde azulado
de ese mar revuelto como mi alma
y se obra el milagro:
se aquietan las aguas
se arropan los fríos
se apaísan los mares
que poco antes andaban en alza.
Nos llega la calma, con ella la paz
contemplando la brisa
como zigzaguea, en olas marinas
espesas de lágrimas y de sol.
Se apacienta el ánimo,
anida de nuevo la calma
se ponen en orden los pensamientos
y huye la soledad
con paso ligero, llevándose el miedo
la duda, la rabia.
Entonces, solo entonces
cuando el alma se aquieta
se esparce la tarde, se diluye el sordo rumor,
tomo la palabra, comienzo a rasgar
con letras difusas, y comienza a fluir,
la poesía que derrama gotas
de un pensar en paz.
Santander- 25-5-13….14,20, Playa del Camello