se dirigen, inciertas, hacia el fin de destino
mientras el paso, incierto,
se encamina con la prisa
hacia viejos escombros
que se hicieron tras las cruentas guerras
que todas padecimos.
Sin aliento, sin juicio,
con el paso cruzado
caminando despacio,
sin pausas ni mayores destinos.
Quietos, los minutos callados
que se funden despacio
entre piedras quebradas
vestidas de ese moho
que las cubre en adviento.
Confuso, el tiempo pasa, quieto
como si no pesara
como si fuera soplo
que macera la vida.
y la tierra se aplana…
se seca, apergamina y hiere
a los ojos, con sus securas leves.
El polvo de Castilla
conquistó tierras bravas
devolviendo miradas
que duelen de puro escuetas
con llanuras enfermas
de piedad contenida
y de raso cielo, cubierta.
Desnudamos los ojos
de los verdes umbrosos
que nos dejan los nortes
de camino a los llanos.
Castilla nos recibe
con un liviano aliento
derrochando contumaces nostalgias
el tiempo queda yerto
- M. Toca
Tren de camino a Madrid—15-11-2019. 7,30.