Como pájaro herido, reposa tras la marcha
augurando peligros, indefenso,
partido en dos mitades. Sin alas…
se rompieron de batirlas con fuerza
y volar contra el aire.
Tal que ave de paso, efímera, soluble
entre la tempestad, a socaire de mares,
que se ven desde el cielo
y se sabe, que nunca habrá reposo
al menos, mientras dure el invierno.
Cruceta de caminos, dudas al reposar
– siempre con mar de fondo-
vivida en soledad.
Los amores furtivos que apenas dejan huella
porque siempre fue el mismo abrazo
el que arropó con ganas
y son los mismos besos
los que hacemos girar
en torno a cualquier boca.
Siempre se ama a lo mismo,
lo que nunca se tuvo
o se dejó marchar.
Como pájaro herido…
recogemos las alas,
y cuando cae la tarde
anidamos amargas
de que el juego se acabe
y se rompan las alas.
María Toca Cañedo©
Santander-6-12-2021. 20,25