Como cristal, crujió la pesadumbre
esa que se torna plomiza nube otoñal
y como pavesa fiel, arde despacio,
arrasando a su paso las pasiones
que luego apaga sin rescoldo.
Cual escarcha mañanera invadió la casa,
el olvido o una indiferencia devastada
que se arrumbó en mi alma, padecido
el desdén sufrido en tiempos enconados
y que ahora, por fin, halla respuesta
en la frialdad cortante con buen filo
de la soledad bien amparada.
A base de no estar, te hiciste humo,
a base de olvidar hechizos y costumbres
se me diluyeron los amores
dejando rastrojos y olvidos
de esos que se barren cada poco
y cada poco se deshacen
como niebla diluida y sin filtros
lo que antes fuera pasión irrefrenable.
Marchaste solitario, compañero,
emprendiste la huida ante el desfalco…
todo fue ruina en los adioses
y se calmaron los pulsos de ambiciones.
Marchaste y yo apenas tuve tiempo
de salir a la puerta, ver tus pasos
como se los devoraba la intemperie
mientras yo tornaba a mis costumbres
vestida de soledades y penumbras
sin que mediaran nostalgias
…apenas unos pocos de rencores.
María Toca
Santander-12-12-2020