Hubiera querido llevar alas en la espalda
para elevarme por los altos,
volando como loca entre las nubes
y chocarme en los tejados de las casas
cuando la noche apremiara mi camino.
Hubiera querido cantar a voces
celebrando alegrías y dar saltos
con los entusiasmos desbordados.
Hubiera deseado amar muy fuerte
y recibir más besos encendidos
de esos que dejan labios magullados
y costurones en un corazón enardecido.
Vivir más y más pasiones o conformarme
en unos brazos bien mullidos
que fueran paz, cuna y refugio
en vez de albardear sola entre enemigos.
No tener miedo por la noche
ni abrigarme en soledad,
cuando la luna aún no ha salido.
Tener un jardín lleno de flores
y correr descalza los caminos…
regodearme entre las olas
y batir palmas cuando el sol se encumbra
sobre montes, espejo nevado de la vida.
He soñado con tantas cosas incumplidas
que por fuerza, siento que viví poco,
que resta mucho de existir
para cumplir con lo debido.
Prometo soñar menos,
o buscar alas escondidas,
descubrir jardines inexpugnables,
flotar más entre las olas
y dejarme abrazar por la espuma
como si fueran amantes brazos
de este mar que da la vida
y alimenta el alma a escondidas.
Prometo cumplir con los recuerdos
hasta que toque la partida
y llevarme conmigo gran maleta
llena de fantasías incumplidas
de sueños rotos, de alegrías
y de pasos perdidos en vez de alas
que las desgasté a fuer de ser batidas
y de volar alto…aunque solo lo soñara bien despierta.
María Toca Cañedo©
Santander 22-01-2024. 19,57.