Negra como la noche,
moviéndose entre sombras,
así, la mala hora, se agita y se mueve,
camina, atenazando el alma, con un garfio
que aprieta y que somete
a su capricho vano.
Espuma de mil mares,
que moja tierra firme,
así, camina hoy mi alma,
al paso y sin mirar.
Ahoga penas, las encierra,
no puedo respirar,
mas te contemplo y veo
tu figura a lo lejos,
camino de ese mar.
Se me aplacan los miedos,
las sombras no se van,
pero se quedan quietas,
pendientes de tu mirar
y mis ojos te buscan,
se prenden de los tuyos
y ya no lloran más.
Afloja esta soga
que me deja en secano,
ahuyenta las penumbras
y anida en mi pecho,
con calma, con sosiego,
como cuando eras niño
y querías andar.
El Camello 26-2-14, 7,15, 402 días sin ti pero contigo.