A veces se me olvidan los versos que he pensado,
se marchan silenciosos, con paso bien quebrado
y se acumulan en ese estante donde se guardan
los poemas que fueron omitidos,
que no nacieron o fueron malogrados.
Me brotan de pronto, crecen las ramas verdes
con palabras cruzadas y ritmo sincopante..;
se me enredan entre los dedos y la memoria
pretendiendo como alma que pena,
atraparlos, con lazos y atarlos
para que no se me pierdan
y no se desvanezcan tal que amores trucados.
Luego, llega un soplo de viento que los barre
y los deja hacinados en el viejo baúl
de sueños olvidados.
María Toca
Santander-3-10-2018