Hay días en que el cansancio ahoga,
descalabra y escruta, con un certero dardo
mientras el dolor macera
con una daga el alma que se apena.
Son días, son horas, son tormentos
que aciagan, en lento desespero
lo que el alma no puede callar
ni dejar en el aire. Un suspiro certero,
de dolor, de garra, de fuego dolorido,
de amor que desgarra y que mata,
profunda sima donde todo se apaga.
Son días negros, profundos como el miedo,
son horas ciegas, desgarrando la carne
que en pleno sufrir se desespera
sin ahogo, sin calma, sin espera.
Es posible que el mar cubra la tierra
que el fuego se torne hielo en la mañana,
quizá los besos de tierra que no dimos,
vuelvan, mañana, en forma de consuelo.
Pero la daga que hiere y mata
no deja de ensañarse, en mi alma,
callada, lenta, furibunda, hiere,
no mata, pero deja tullida el alma
en espera de una mañana clara.
Santander -2-2-14, 19,35
14 días sin tí
Te abrazo Maria!
Te acompañamos.