Me envolveré en el suave silencio de la tarde
esperando que una brisa leve
me levante el velo del recuerdo,
me lleve hasta ti, en un rincón del cielo,
donde descansaré de las tormentas ciegas
que apresan mi mente y me la enredan
con las cadenas de recuerdos que fueron vida,
canción, acierto, desespero
de un camino que labré con lágrimas
derramadas en el silencio áspero
de mi casa, mi lucha, mi deseo.
Cuantos momentos se fueron sin pensar
que eran los últimos que vivía contigo,
cuantas ocasiones pasadas
cuantas idas, venidas, desencuentros
de un tiempo que pasó contrito
y por mucho que intente y que pelee
no volverá, pues migró la sentencia
de tu persona, de tu vida
en una eterna y pesada ausencia.
Anidas en mi pecho, aquí te quedas,
habitante por siempre de mi amor,
conmigo vas y vienes, amas, esperas,
que cada día, en lento camino,
se cumplan los sueños que concebiste
cuando aún la vida te rebosaba,
cuando solo era un fantasma inexistente
la consabida lucha con la muerte.
Que te llevó, al tiempo, que mi vida,
se paró en la orilla de tu ausencia,
en espera de reunirnos,
me siento tuya y camino por tus sueños.
Santander- 8-2-14, 21,00
20 días sin tí