Esa esquina soterrada del tiempo,
que se cubrió de moho,
está oculta y apelmaza las cosas
que, a poco, se olvidaron,
sin dejar rastro ni huella
al volver a la senda aquella,
transitada.
Ese rincón perdido,
donde se guardaron, insignificantes,
las cosas olvidadas
que, humildes, se archivan postergadas,
dentro de la nevera
donde se apila lo inservible,
lo banal, lo no usado.
Allí, quizá se encuentre.
En esa alacena bien quebrada
reposan los recuerdos
que almacené siendo pequeña
y luego, por impropios,
los aparté, dejándolos inútiles,
olvidados.
Hoy quisiera descubrir aquella llave
que abre las cosas escuetas, livianas
poco sustanciales
quizá entre ellas, me encuentre
perdida, el alma, que forjé entre brumas
y que hoy añoro,
vacía la contienda de encontrarme
Santander- 2-10-2016. 21,52.