A veces me recluyo
me quedo muy pequeña
enclavada en la loma
donde guardo las penas
que asaltan y amedrentan,
a veces, y se mofan
de mi risa risueña
Me quedo contraída
en mi casa, tan sola,
que siento como la noche
se me adueña entera
de mis días y tiempo
que paso encadenada
a la dulce constancia
que vivo empecinada
en recordarte vivo
y no dejarte ir
hacia donde te vayas.
Hay días, pocos, sabes,
que me vuelvo pequeña,
me crecen los recuerdos
y me mecen las almas
de los que caminaron
antes, como fantasmas.
Santander-18-5-14, 14,28, 120 días sin ti.
Maria las penas no las guardes dejalas volar