Ese mar que ampara y que venero
hoy se viste de gris, escarmentado,
de haber cedido luces a un cielo
que se tiñe, con envidia, de un color
que aploma y adorna el sentimiento.
Ese mar, hoy se vistió de gala,
para calmar el estrépito, volar lejos,
en pos de esas nubes
que nos acolchan los sueños y nos cubren
el lejano atisbo de empezar.
Ese mar, cubre las sombras
de los que marcharon antes,
y con un paso libre y ligero
nos acunan y nos tienden una mano,
para que sigamos caminando, con esmero.
Ese mar, se vistió de plomo,
con las galas efímeras del cielo,
arropando la nostalgia
y haciendo de la tristura, compañero.
Santander- 11-8-15, 14,06. 568 días sin ti, pero contigo.