Cuesta enterrar las ilusiones
que como plantas livianas, arreciaron,
en época precaria,
y en declive, algunas, prosperaron,
sin mácula ni aviesas intenciones
solitarias, esperanzadas.
Cuesta dejar los barcos rotos
en puerto batido por mil mares
sin dique, que ni proteja, ni resguarde
de inclemencias y tormentas tan dispares.
Tal que se agriase el alma,
en cada esperanza rota del camino,
mas debe ser, condición y destino
de humanos, romper, con saña la confianza.
Seguir el sendero, con guijarros y cantos,
rodando por los pies;
andar, con paso ligero, sin ambages,
haciendo de los pasos andamiajes
de un camino construido con la fuerza
del cansancio, del abismo y desespero
de quienes caminaron sin descanso,
sin esperar, la meta ni el destino
de llegar triunfantes, a algún sitio.
Sirve sembrar veredas de esperanza,
no dejarse tentar por el desánimo
ni perder de vista el centro del sendero.
Porque, no olvides, compañero,
que el fin es el camino, nunca el puerto.
Santander-5-5-15. 16,41- 445 días sin ti pero contigo.
Con especial cariño, para todos los desalentados,
los fracasados, los que no ganan,
los que nunca ganamos.
Porque de alguna forma, caminamos con el dolor a cuestas
y la conciencia clara.
creo que se siente así, y es común…