Hay veces que dibujo con pinceles de humo
ilusiones, deseos y sueños
en las nubes, las pinto con colores difusos
que luego se hacen noche
y repaso los lindes del dibujo
con carboncillo y pinceles labrados de entusiasmo.
En ocasiones, escribo versos infames en la alberca
que tengo en el jardín
o en estanque plagado de peces de papel
y tiernas lucecitas, que tiemblan,
como estrellas de mar recién hayadas.
Otras pinto paisajes y bodegas
en el aire trémulo que mece
el viento que anda encerrado en mi cabeza
y con todo hago un cuadro fluctuante
que solo ven los ojos que miran fantasía
y pueblan las esquinas con sueños bien labrados.
O camino descalza sin más ropa
que el vestido brioso
que me presta el rocío cuando cubre la yerba
y despejan las sombras, la buena amanecida.
Como abrigo, llevo sobre mis hombros
el aliento del amor que madrugó lascivo
y una manta de sueños que labro cada día.
Camino por las anchas veredas,
corridas y por brañas
del monte que se ciñe ante el mar
rindiendo pleitesía ante las olas
y junto a pájaros y peces
troto, como loca enajenada y viva
que busca con el ansia
hallar la libertad.
María Toca Cañedo©
Santander-30-11-2023. 21,30