Me rodean barrotes, encendidos, brillantes
de piel coloreada, barretas que me guardan
celosas, vigilantes
el alma magullada.
Sutil cárcel de plumas,
que encierran las calladas respuestas,
ordenadas y altivas
en anaqueles blancos
de pared encalada…
Es cárcel vaporosa,
prisión al fin y al cabo,
-jaula de pensamiento-
que encierran la contienda
para que, bien tapiada
oculte lo que soy, lo que fui o pude ser
quedándome en la nada.
Y al cabo, camino la vereda,
amplia, o magullada
haciendo gran contienda
con ese ser ambiguo
que siempre va conmigo.
A veces la contemplo, la miro,
desafío tenaz, mas debo confesarme
que no sé si es amiga
o marcho por la vida
caminando, perdida,
con basta compañera
que no es más… que una desconocida.
María Toca Cañedo©
Santander-21-11-2023. 11,05