Antes del silencio, hay bruma,
cansancio ciego y heridas.
Palabras no dichas, muertas
y como tal bien perdidas…
Antes del silencio
hay un pábilo muerto
que ha quedado muy frío.
Hay zureo de palomas
hay escarcha, vino viejo
y una alacena hueca
que nos habla de lo ido
en el silencio callado.
Antes del sigilo
hay mil encinas en calma
a las que no mueve el viento
ni se visten con hojas,
las desnuda el invierno.
Hay palabras no oidas,
detrás del silencio hay miedo,
se rechinan los dientes
y me voltea el infierno,
porque en el silencio hay llamas
que ni se ven ni olvidan
porque abrasan, dejan ciego
si te acercas lo justo.
Después del silencio hay brasas
que nadie puede apagar
y queman, y te abrasan
cuando el amor se va.
María Toca