y se porta el corazón en bandolera
con desgarros varios, cicatrices,
y costurones antiguos, por bandera.
Cuando el alma yace desgarrada
en tibias sábanas de madera
porque la muerte, que se encela,
ya confeccionó , con premura, la mortaja;
salgo de casa, busco palabras
por ver si encuentro un refugio
que me ampare del desasosiego,
de la tormenta que arrecia, sin dar tregua.
Me escondo en lívidos parajes,
remolinos de arbustos y follajes
que arañan la conciencia, la reviven
y poco a poco, con medicina de poesía,
me percato, que otra vez, y otra y más,
revivo a base de la lírica.
Con yodo vivo cauterizo
heridas nuevas, mientras las viejas,
se abren en franca sintonía
para hacer enorme llaga
y recordar que sigo viva.
Quizá respire por la herida,
o sobreviva a base de curarla…
puede ser que solo siga el camino
que empedrado de desavenencias,
me tocó por suerte en la vida.
María Toca Cañedo©
Santander- 18- Mayo-2021. 11,05.