Que cómodo me sería pasar siempre en puntillas
por las cosas molestas,
no percibir las voces que gritan los silencios
ni escuchar el lamento
de los nadie, que a veces, entran en mis oídos,
a pesar de que sordos, los quisiera, o hundidos
en las voces corrientes, las comunes
que a toda hora se oyen.
Que más quisiera yo que poder hacer flecos
con el vestido viejo de una realidad fea,
que lacera y escara
las carnes de vecinos. O la mía…
Asistir a aquelarres, ausente,
nadando siempre, a favor de corriente.
No me guía interés, ni gana, se lo juro.
Ni merito, ni rabia, ni elección,
nada de eso es consciente,
a veces hasta me pienso que un hado
me tiene, presa en el subsconscuente.
Pasar entre las olas, a favor de los vientos
y jamás despertar entre nubes y sombras
que asolan las costumbres
y me pierden entre unas horas largas
que asolan y que muerden.
M. Toca