Siento no haber nacido con coraza cual piedra
-canto rodado, incluso-
da igual, mientras fuera bien duro
llevando el corazón blindado
y un muro en la cabeza
que opacara los timbres
sin dejar pasar, tan siquiera,
las voces ni los gritos
del sufrimiento ajeno…
ni tan siquiera el mío.
En anaquel cerrado
guardar los sentimientos
y jamás traslucir si hubiera algo de miedo
o la tibia certeza de temblores vacíos.
De piedra. Cual muralla fundida
cercando los quereres
dejándolos afuera…
sin apegos ni afectos
ampliando los sentidos
a las cosas banales.
Sin dejar ni una lágrima
que asolar el camino…
Mas soy junco quebrado
batido a ras del viento
sin palabras solaces
ni tibios versos quiebros.
Que más hubiera querido
que ser acantilado,
fuerte, abanderado de batallas ganadas,
o fronteras altivas
en vez de tibia brisa…
o quebranto suspiro.
Al fin, he de confesar,
que soy junco batido
por el viento procaz
y leve, muy leve, brisa seca
que apenas si se mueve
y se olvida después
María Toca Cañedo©
Santander-04-04-2022. 17,53