Agarraré el tiempo con las manos
aferrada al instante impreciso bien vivido,
caminaré con la calma percibida, y al punto
saborearé los frutos prohibidos.
Tal que un amor incendiado de pasiones
derramaré sudor, sangre e intenciones
de vivir siempre entre la línea
que separa el fuego del hastío.
Caminaré entre guijarros, descalza,
a piel viva, y te juro por lo amado
que no vestiré ropa ni calzas
adornaré la faz con la sonrisa
huyendo como alma en pena de afeites.
No dejaré que nadie marque mis pisadas
ni compraré almas a por ciento;
tampoco pondré precio a la mía,
aunque me tiente el demonio con sus besos.
Porque no entiendo forma distinta de estar viva
que amar los sueños mientras galopo el destino
y al fin, recorrer despierta los senderos
que me tocaron en suerte, mas luego acabar,
cuando sea finiquitado mi destino.
María Toca Cañedo©.
Santander- 21-03-2024. 5,45/19,35