Y si el viento viene a despertarme
me encontrará aferrada a tus brazos
sutilmente amarrada en tu seno,
como una flor se adhiere al tallo
que la sostiene y alimenta.
Así, me quedo atada a tu simiente,
como la rama al árbol,
como la fruta al arbusto;
porque sin ti, amor
soy vara agitada sin retorno
piedra del polvoriento camino
que no haya consistencia
ni encuentra destino conocido.
Siguiendo los pasos perdidos
que nos llevan por el sendero
de vida que vivimos
camino, en pos de una meta soñada,
por menos conocida, que es
caminar de tu mano
apresada en el tiempo
y confiada de ser eterna compañera
de vida, de sueño y de sendero.
Santander 12.38, del día 9 de Noviembre 2013