se me cansan los huesos
– se me entienda- andan viejos, maltrechos
sin atender, a veces, a las ordenes prestas
de correr escaleras.
Lo confieso: dolientes están,
desde hace muchos años…
Ocurre que he corrido tan rauda
en pos de varias utopías
-quizá solo ha sido para apreciarme un poco-
o reconstruir despacio lo que al nacer torcieron.
Con cada paso un trueno,
en cada esquina un miedo disparado,
mas yo, presta, me construí techados
y ladrillo a ladrillo, levanté la guarida
donde esconderme, poniéndome a cubierto.
Luego llegaron vientos y muchas tempestades
que alzaron las tenadas, arrumbaron paredes.
Más tarde tornó el frío…
el aire cruzó la estancia, barriendo los detalles
y otra vez, los caireles, sonaron al oído.
Vuelta a levantar muros,
guarecerme en baluartes,
conquistando rincones…conociéndome un poco.
-Fíjate- me dije, hasta llegué a apreciarme…
Dejé de sentir frío, de andar entre las sombras
conquistando, en reñida batalla, ejércitos de voces,
poesía, muchos cuentos
y escribí algunos libros.
Todos o casi todo, lo hice, es posible, sin cuenta
…para quererme un poco
hasta que el viejo lobo, asaltó las defensas.
Atacó con sus fauces, los sembrados que había.
Y yo de nuevo, me torné a la intemperie
quedándome desnuda y temblado de muerte.
María Toca Cañedo©
Santander-31-03-2021. 19,35 (comenzado) (terminado) 1-04-2021. 14,29.