Hay días en que el alma se arruga toda,
se entumece el pensar
y la frente humilla hasta las plantas.
Días como pájaros muertos
que yacen en el asfalto, sin dar ni paso,
aletargados, yertos, como ciprés
que en cementerio vela los muertos.
Las manos secas mecen el aire,
como arriadas banderas
dejan caer las preces
hacia la nada…
Las somnolencia, es moneda común
en esos días. Sombras inciertas
que arriman su figura
por las esquinas, plegando el tiempo
y doblegando el ánimo
hasta dejarlo a ras de suelo.
Las ganas se desvían a campo abierto
y por allí se quedan, corriendo umbrías
persiguiendo los viejos sueños,
las utopías.
María Toca
Santander-5-01-2021. 21,27