Se nos llena la boca,
el alma, se nos llena,
de palabras concisas
que apenas dicen nada:
libertad, sueño, amor,
muerte o espera.
Palabras, que en los labios
nos dejan la cadencia
de conceptos vacíos,
que de usarlos, se queman.
Y apenas nos motivan,
se quedaron huecos, yertos
de decirlos sin fondo,
de usarlos con tropiezos.
De ellos, el más amado,
quizá, sea libertad;
el más amplio concepto
que usan y manejan
variopintos espacios,
que a fuer de usarlos,
se quedan manidos, viejos.
Y es tan solo un vocablo,
que conlleva aire, pasión y lucha.
Lo que no tiene es miedo.
Santander 30-6-15, 17,20. 526 días sin ti, pero contigo.