Voy a dejar la simiente profunda
tan adentro como puedan mis manos,
dejaré la vida, con soltura,
satisfecha del trabajo acabado.
Volaré a la cumbre arbolada
con la calma de ver el final dibujado,
emprenderé vuelo liviano
con la soltura de quien va dejando
la vida, la noche, la sombra
y se eleva, sola, caminando,
por encima de lomas y asfalto.
Acabaré el ciclo que se espera
del que camina, por légamo lechoso,
atribulado, verde clamoroso
y deseando dejar como huella,
la palabra, la simiente y la rosa.
Volaré por cielos y montañas,
me apearé encima de las olas,
siempre dejando en mis ojos
la lumbre y el estigma de cosas
que, perfectas, sigan la campaña.
Cuando llegue el momento de irse
dejaré la casa acaldada,
la comida puesta, la luz dada
para que todo se disponga
y reste, que las cosas queden como estaban.
Santader-3-7-14, 22,03. 196 días sin ti.