Vestidita de lunares
va caminando despacio,
el viento vuela y se lleva
la lágrima que va rodando
por su rostro, que amañado
luce sonrisa de esparto.
Camina, y va cantando
mientras dispersa su pena.
Él, se marchó para siempre
camino de la alborada,
dejando en el nido un hueco
caliente, vivo, esperando
que todo sea un mal sueño
y que mañana despierte.
Las manos libres delante,
se tornan ramas que buscan
puente firme al que asirse
para encontrar un consuelo
que nade contra corriente
y le ampare de su pena.
El vientre suena desnudo
con el hueco de su ausencia,
que añora lo que creó
en su seno dulce y cauto.
Hoy la muerte se ha llevado
el canto de madrugada
dejando el lecho vacío
esperando la mañana.
El corazón a jirones,
la boca, sabor amargo
y en la mirada una antorcha
de fuego, de amor, de miedo.
Marzo 30-2014, 19,26. 70 días sin ti
Genial!
gracias, vosotras que con el cariño lo veis. Un abrazo
Mil abrazos María!