Ya me voy, no hace falta que me excluyas.

 

No os toméis la molestia de excluirme,

yo me descarto para siempre.

De los que tiran piedras sin mirar

al bulto  oscuro, cuerpo sin fuerza, labrado del destino

que llega, pleno de triste incertidumbre,

arribando   a la costa desvalido,

buscando, como poco,

una mano  generosa que se tiende

y la paz que se le hurta en otro sitio.

Me elimino de ese grupo de profetas

que ven al enemigo en  las esquinas

y mojan su suerte en las heridas

que portan, los que llegan, tristes, advenedizos

 quedándose varados en la puerta .

Me autoexcluyo del poder,

-ignominioso poder- de unos pocos,

que se ejerce,  soberbio, ante los nadie

 aplastando su orfandad  con mano firme

mientras pliegan la rodilla ante el infame.

Me  elimino de las patrias excluyentes

con fronteras levantadas a poniente

que ahogan, sin piedad,  a los que  arriban,

 huyendo de la muerte, desnudos, con hambre,

 portando la esperanza en su maleta.

No quiero tener nada que ver

con quien besa a poderosos

despreciando, con descaro, a los de abajo,

abriendo el buche, sin tener nunca bastante

y dejando sin soldada a los hermanos.

No hace falta que te tomes el trabajo de expulsarme

porque  marcho, cierro esa puerta para siempre

y me lanzo al camino,

en busca de otro país y de otra gente.

Jamás vuelvo al lugar  envenenado

donde  abusan de un poder infame por seguro,

 donde  ponen alambradas

persiguiendo la libertad…o hacen con ella

nudos fuertes con los que aprietan las gargantas

 hasta ahogarles, dejándoles sin halito de vida,

sin fe, sin fuerza y sin ambages los expulsan,

luego de haberlos explotado lo bastante.

Marcho, huyo de la cerrazón

de las costumbres, del miedo

de los que protegen con fiera mano

lo de antaño, mientras queman la tierra

explotando lo común como bien propio

haciendo  este mundo irrespirable.

No me eches, ya me voy, marcho yo sola

a calzarme las sandalias del sufriente

y a buscar la tibia mano del  hermano.

Son mi gente. Son mi patria.

Mi camino en el desierto.

A ti  te regalo las prebendas,

los honores y los cirios

con que, algún día,

iluminarás tu cadáver floreciente.

 

María Toca Cañedo©

Santander- 24-09-2022

Imagen Anne Magill

Acerca de Maria

Escritora María Toca: 1ºPremio Ateneo de Onda Novela, 2016: Son Celosos los Dioses 2ºPremio de Relato Ateneo de Fraga: El Paseador, 2014 Finalista Premio Internacional de Relato Hemingway, 2013 Finalista de varios premios más de relato. Poeta Articulista/Coordinadora/ Fundadora de LA PAJARERA MAGAZINE. Obra publicada: Novela: El Viaje a los Cien Universos Son Celosos los Dioses Relatos coral: Vidas que Cuentan Desmemoriados. Poesía: Contingencias
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