Que milagro es el tiempo pasando
confluye en vanas esperanzas de olvido atenuado,
me llena de esperanza, pienso, no duele,
hoy no duele, mas luego me levanto
y la mar se encrespa de nuevo
más brava y rutilante.
El tiempo, es bálsamo y señuelo,
pasa con voz muy queda, y se construye
un muro en el olvido que atenaza y no muere,
el tiempo, milagro y esperanza,
me cura, o me atenúa la herida,
tanto que a veces, pienso,
si no será bastante lo sufrido.
Quizá tenga suficiente, con lo dicho
y me calle por siempre su nombre
y su imagen se diluya en olvido.
Luego me rebelo, la piel se me eriza,
¡no!, ¡nunca! Habrá noches y días,
años, esperanzas y nuevas ilusiones,
pero nunca podrá el tiempo
curar una herida que lacera y no para
de crecer, hasta la noche en que vuelva
al tiempo detenido
y abrace de nuevo su figura y tu olvido.
Santander- 23-7-14. 18,19. 185 días sin ti.
con todo mi cariño, dedicado a Javier Aparicio Ruiz. Va por ellos, amigo.
Si, pero brota de un amor muy grande. Compensó.
Siii. Y los momentos, y lo que nos han enseñado. Fue un privilegio, corto, pero grande. Y siguen ahí, aunque no lo creas. Fue un privilegio