Sin quererlo, sin buscar,
doblo aquella esquina,
la que enfila y me lleva
por el lento camino del azar.
Camino, con paso sosegado,
quieta, diviso el mar,
callada, presta, lucida,
no sea que al andar, me lleve
a sitios que no quiera llegar.
Hoy sé, que el dolor se amortigua,
que el recuerdo florece
y la distancia no desune, a veces,
te trae cambios, te propone,
la vista bella, que al pasar te mece
en los agravios que olvidas
y mueve en lento remolino
de los pensamientos.
Hoy veo crecer la luz
en forma impía
que me crece
y me lleva por senderos vacios,
como antes. Puedo sentir y siento,
como nunca, acompañada
de un ser que por no ver, no veo,
pero está muy cerca, compañero.
Santander 22-7-14, 19,09. 184 días sin ti.