Volaba la contienda
que con palabras vagas y errabundas
se adornaba. Volaba
el argumento, que blandía espadas
de acero bien templado. Se henchía
la conversación bien sazonada
hasta que una daga de acero y afilada
le arrebató su complacencia.
Volaban, los austeros vocablos
que en la nada, cubrían
con su prosaico canto
las preces, que entonaban hombres,
emocionados, aguerridos
haciendo de la palabra baluarte
y del canto, honor y dicha.
Sobrecogía el miedo
a perderte, a olvidarte
a nunca más gozar
de esa amable compañía,
que desde niña me prestó
como amante, como amiga, la poesía.
#MariaToca
Santander-16-4-2017. 18,22.